Retrato de Silvia Labayru, Madrid, 1979, © Daniel Yanko. | | | | Queridas lectoras, queridos lectores | | | | En el libro Conviene tener un sitio adonde ir, el escritor Emmanuel Carrère cuenta que, cuando leyó un artículo sobre los asesinatos que Jean-Claude Romand había perpetrado contra los miembros de su familia (y el posterior descubrimiento de que el asesino no era quien había asegurado ser –un prestigioso médico y alto funcionario de la OMS– sino alguien que había estado mintiendo desde los dieciocho años acerca de su identidad a todo el mundo), supo enseguida que quería escribir sobre ello. Se acordó, claro, de A sangre fría, de Truman Capote, y de una declaración que el autor norteamericano había hecho: «Si hubiera sabido lo que tendría que soportar durante los seis años que me ha costado escribir este libro nunca lo habría empezado». Carrère tardaría siete en escribir El adversario. Carrère también hace referencia a la titánica tarea de Capote cuando, ya convertido en un escritor célebre, decidió retratar a los dos asesinos de una familia de granjeros de Kansas experimentando con el género periodístico. Capote había ideado lo que él llamaba la «novela de no-ficción», una forma literaria que fusiona las lógicas de la ficción con la labor periodística, y quería aplicarla en A sangre fría como método para romper el bloqueo escritural que estaba sufriendo. La obra inauguraría un nuevo género (aunque nueve años antes el argentino Rodolfo Walsh había escrito Operación Masacre, una novela que más tarde se reivindicaría como la primera de no-ficción). | | | | Si la incursión en esta nueva estructura ayudó a Capote a conjurar su páramo creativo, Carrère encontró su camino mediante la narración en primera persona. Después de acumular cientos de notas y entrevistas alrededor del caso Romand durante años, el escritor no sabía cómo continuar. Finalmente, desesperado, se decidió a escribir un informe personal para poder dar carpetazo al proyecto. Fue entonces cuando se le impuso la primera persona: «Al aceptar la primera persona, al ocupar mi puesto y ningún otro, es decir, al deshacerme del modelo de Capote, había encontrado la primera frase y el resto vino, no diré que fácilmente, pero todo seguido y como por su propio impulso». Leila Guerriero, como Carrère y como Capote, demuestra en La llamada un ojo certero para captar las aristas psicológicas de un personaje tan poliédrico como fascinante, y narrar así el intrincado proceso de investigación de una historia de enorme complejidad: la de Silvia Labayru, militante de los montoneros secuestrada en 1976 por militares argentinos y recluida en el centro clandestino conocido como la ESMA (la Escuela de Mecánica de la Armada). Labayru, que estaba embarazada y tuvo que dar a luz durante su cautiverio, sufrió el rechazo de algunos de sus compañeros cuando logró salir de allí, y fue una de las denunciantes en el primer juicio por crímenes de violencia sexual cometidos por el régimen dictatorial. | | | | Un retrato, el de la La llamada, que según Babelia «se lee sin respiro y con rendida admiración hacia ella misma [Silvia Labayru] –y su frivolidad, su hedonismo, su libertad, su templanza– y hacia la sombra incansable que la siguió durante dos años y medio [Leila Guerriero]». El activismo político y el desengaño, el sexo, el amor y los celos, el exilio y el ostracismo, el psicoanálisis y los procesos judiciales se funden a través de una serie de personajes reales que se ven atrapados por unos hechos trágicos y por una llamada que lo cambiará todo. Tal y como señala Patricio Pron, afirmación que podemos trasladar a otras obras como A sangre fría, El adversario, Limónov o V13, La llamada es un ejemplo de cómo «el buen periodismo y la buena literatura son una y la misma cosa». | | | | Esta semana publicamos la novela a la que hemos dedicado esta newsletter, La llamada, de Leila Guerriero: el retrato de una mujer, Silvia Labayru, que fue secuestrada en 1976 por los militares argentinos. Una investigación periodística rigurosa y apasionante que confirma algo que ya sabíamos: que Guerriero tiene una de las voces más interesantes de la crónica periodística de la actualidad. La Niña de Oro, del autor argentino Pablo Maurette, es una sorprendente novela policíaca ambientada en Buenos Aires que sigue el caso del asesinato de un profesor de biología; una pesquisa que revela, a su vez, tres submundos criminales: la prostitución de menores, la brujería y la corrupción policial. Como dice Alan Pauls: «Crímenes, mutilaciones, bibliofilia, magia negra y una erudición caprichosa que el renacentista depravado que es Maurette baja a la tierra inocente del género policial». La francesa Maylis de Kerangal, autora de Reparar a los vivos, presenta en Canoas siete relatos con una novela corta en su epicentro que forman una poderosa constelación que explora los sentimientos humanos. Traducido por Javier Albiñana, este es un libro repleto de narraciones poéticas, un mosaico deslumbrante de voces y personajes. | | | | Publicado por primera vez en 1939 de manera póstuma, La leyenda del Santo Bebedor se considera el testamento literario de Joseph Roth. Tras su paso por «Compactos 50», la colección dedicada a los cincuenta años de la editorial, ahora vuelve a su colección original, «Panorama de narrativas», con traducción de Michael Faber Kaiser y prólogo de Carlos Barral: como dijo Enrique Vila-Matas, este es uno de los libros más importantes del siglo XX. En «Argumentos» vuelve el neurocientífico David Eagleman con el apasionante Una red viva, traducido por Damià Alou. Una exploración del cerebro que demuestra la enorme capacidad de adaptación de este órgano, de manera asequible y sorprendente, a través de distintos casos clínicos. En «Nuevos cuadernos Anagrama» publicamos El sentido de consentir, de Clara Serra, exdiputada de la Asamblea de Madrid, activista feminista e investigadora. Un texto que reflexiona sobre los matices y las paradojas del consentimiento sexual y que nos plantea una cuestión fundamental: ¿se puede verbalizar el deseo con absoluta claridad, sin ambigüedad alguna? Inauguramos, además, la «Biblioteca Roald Dahl» con uno de sus títulos más emblemáticos: Historias extraordinarias. Traducido por Jordi Beltrán, en este clásico del autor inglés nada es lo que aparenta, nada puede ser lo que parece ser, pero todo acaba siendo posible. Finalmente, también en «Compactos» lanzamos la novela Tú y yo, de Niccolò Ammaniti, una desgarradora y maravillosa visión del mundo adolescente que se ha convertido en una joya de culto de la literatura italiana actual, con traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona. | | | | Píldoras para estar al día | | | | -
La estancia de Capote y Guerriero en la Costa Brava Truman Capote escribió buena parte de A sangre fría en una casa de Palamós, la Casa Sanià, la misma a la que iría parar en abril de 2023, sesenta y tres años más tarde, la periodista Leila Guerriero para hacer una residencia literaria organizada por la librería Finestres. Durante su estancia en la casa, Guerriero aprovechó para hacer una investigación sobre la experiencia del autor norteamericano en la Costa Brava, que detalla, junto con los de su propia visita, en este texto. | | | | Leila Guerriero durante su estancia en la Casa Sanià, en Palamós. | | | | -
Se estrena la adaptación cinematográfica de la novela de Martin Amis, La zona de interés Esta semana se ha estrenado La zona de interés, la adaptación realizada por Jonathan Glazer (autor de Under the Skin) de la novela homónima de Martin Amis. Un retrato ácido de la maldad extrema del ser humano a través del retrato del comandante de Auschwitz Rudolf Höss y su esposa Hedwig, una pareja que se esfuerza en construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín cerca del campo de concentración, y que se alzó con el Premio del Jurado en el último festival de Cannes. | | | | -
Conversación entre Luis López Carrasco y Camila Fabbri en La Central Ya está disponible en nuestro canal de Youtube la conversación que filmamos entre Luis López Carrasco y Camila Fabbri, ganador y finalista del Premio Herralde con sus novelas El desierto blanco y La reina del baile, respectivamente. La conversación, que tuvo lugar en la librería La Central de Callao, gira alrededor de su relación con el cine (ambos son cineastas) y con Anagrama y la literatura, así como abarca personalidades y temas tan dispares como Jim Carrey, Robin Williams, la melancolía, los perros, la escritura y, obviamente, los puntos de conexión entre sus obras. | | | | -
Piero y la resistencia a la dictadura En el año 1969 el italoargentino Piero lanzaba su álbum debut, Mi viejo, que incluía esta canción dedicada a su padre. El tema consagró al cantautor, que en los años setenta publicaría algunas otras canciones emblemáticas como «Que se vayan ellos» o «Para el pueblo lo que es del pueblo», que se convertirían en himnos sociales de la resistencia a la dictadura. En 1976, Piero se vería obligado a exiliarse en España tras sufrir un intento de secuestro. Iría a parar a Utande, un pueblo de la provincia de Guadalajara, y posteriormente a Madrid, donde residiría hasta 1981, año en que regresó a Argentina. Según el mismo Piero contaba, a su padre nunca le gustó «Mi viejo». | | | | | «El periodismo narrativo se construye, más que sobre el arte de hacer preguntas, sobre el arte de mirar. La forma en que la gente da órdenes, pregunta un precio, llena un carro de supermercado, atiende el teléfono, elige su ropa, conduce, hace su trabajo y dispone las cosas en su casa dice, de la gente, mucho más de lo que la gente está dispuesta a decir de sí.» Leila Guerriero, Zona de obras
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